Muchas veces solemos oír sobre entrenamiento pero, ¿Sabemos realmente lo que es? Para saber hacia dónde vamos en busca de nuestros resultados es muy importante saber lo que hacemos y el porqué lo hacemos. No tenemos que olvidar que cada “atleta” es un mundo y la mejor manera de prepararlo como tal es capacitarlo para saber lo que hace con su cuerpo. Creo que no hace falta decir que “el todo es más que la suma de las partes” (Gestalt) y para ello es fundamental formar a nuestro “atleta” de forma íntegra.
Entonces, ¿Qué es el entrenamiento?
El entrenamiento deportivo en sí, es el resultado de una carga física (correctamente seleccionada y dosificada) que provoca una adaptación funcional o morfológica de nuestro organismo, generando un aumento de nuestras capacidades condicionales mejorando así nuestro estado de forma y rendimiento deportivo.
Mediante este proceso de de entrenamiento, manipulamos las cargas de trabajo para efectivizar nuestras capacidades condicionales. Las capacidades condicionales están determinadas por los factores energéticos que se liberan en los procesos de intercambio de sustancias del organismo producto de la carga de trabajo.
Capacidades físicas condicionales:
Fuerza: capacidad que tiene el musculo de producir tensión (Goldspink,1992).
Resistencia: es la capacidad física y psíquica de soportar el cansancio frente a un esfuerzo relativamente largos y/o la capacidad de recuperación rápida después de dichos esfuerzos (Fritz Zintl, 1991).
Flexibilidad: es la cualidad que nos permite la máxima amplitud de los movimientos corporales.
Velocidad: es la capacidad de reaccionar con máxima rapidez frente a una señal y/o al realizar un movimiento con máxima velocidad (Grosser y Bruzgeman, 1991).
Dependiendo el tipo de deporte que se practique se profundizará y especificará más una capacidad que otra, variando acorde a cada atleta, sus fortalezas, debilidades, etapa del entrenamiento en el cual se encuentre, objetivos, etc. Para que este proceso de formación sea integro es necesario complementar cada una de ellas. De esta forma no tendremos un “atleta automatizado” que responderá solo a un tipo de estimulo o circunstancia, sino que tendremos un atleta “inteligente” capaz de adaptarse mucho mejor a las situaciones dinámicas del medio, creando una resultado energético – funcional mucho más efectivo.
Si bien las capacidades condicionales se refieren a factores fisiológicos, tendremos repercusiones a nivel psicofísico, no solo mejorando su estado de forma sino también desarrollando su aspecto psicológico. Debido a la diversidad y multilateralidad de su preparación, veremos como resultado un atleta más confiado, seguro y preparado a la hora de desafiar sus límites.